miércoles, 13 de abril de 2011

Aspecto Emocional: El Alma

Con este aspecto del Yo debemos de ser muy cuidadosos y delicados. No hay que olvidar que aquí yace la memoria del Espíritu y que como tal, es donde se mide la calidad de nuestra vida que no depende de la cantidad de cosas que hagamos o si las hicimos bien o mal, sino de la forma en que las percibimos e interpretamos.

En realidad, en este Universo no hay nada que sea bueno o malo en sí mismo, más bien, nuestra mente es quien las percibe por el recuerdo de alguna experiencia pasada o porque así nos lo enseñó “alguien” (padres, hermanos, maestros, religión, cultura, etc). Te pongo 2 ejemplos: Si el fuego quema tu casa, entonces lo consideras malo y hasta se te puede generar un miedo atroz hacia este. En cambio si te estás muriendo de frío y de pronto alguien prende una fogata agradecerás la existencia del fuego que te calienta. Por otra parte, si alguna persona de alguna raza en particular nos hace algo malo (o a nuestra sociedad) entonces nos enseñan a juzgar a todos los partícipes de esta raza, en lugar de ser tolerantes con todas las personas por el simple hecho de que son iguales a nosotros.

En realidad sólo hay dos emociones primordiales a partir de las cuales todas las demás se manifiestan, estas son el Amor y el Miedo. Del amor nacen la alegría, la paz, la pasión por la vida, la plenitud, la lucha, la conciencia de unidad, etc. En cambio del miedo nacen la tristeza, la desesperación, la desolación, la envidia, el enojo, el coraje y la sensación de separación, entre muchas otras.

Debemos tener esto presente porque así podremos saber siempre de donde nacen nuestras emociones y lo que sentimos en realidad, principalmente con las emociones negativas. Si estamos enojados, en realidad tenemos miedo de perder nuestro poder; si sentimos envidia lo que en realidad estamos sintiendo es miedo a nunca poder conseguir lo que siempre hemos querido y el otro tiene; la tristeza es miedo a no tener o no volver a tener lo que deseamos, etc.

Las emociones son un tema muy importante porque no sólo son la memoria de nuestra vida sino que además son las encargadas de motivar cada una de nuestros actos y decisiones. La buena noticia es que nosotros podemos elegir las emociones que queremos tener a cada instante; la mala noticia es que la mayoría de las veces nos dejamos dominar por las negativas, pero no te preocupes, aquí aprenderás la manera de que esto no suceda.

Trabajaremos este aspecto haciendo que nuestra felicidad sea conciente y que así, podamos tenerla en el mismo momento en que la deseemos. Hay dos maneras para lograrlo, primero, haciendo cosas que nos hagan sentir tan bien que deseemos siempre actuar a partir del amor; y lo segundo es dejando de juzgar las emociones negativas, sino aceptarlas y reconciliarnos con ellas para que se transformen en lo que en realidad siempre han sido, amor disfrazado.

Sé conciente de tus emociones, analízalas, siéntelas y recuerda siempre que la calidad de nuestra vida es directamente proporcional a la calidad de nuestras emociones. Recordando esto comenzarás a elegir aquello que quieres sentir y desechar aquello que te hace daño.

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