miércoles, 27 de abril de 2011

Mueve tu cuerpo...Haz ejercicio!!!



El Yo se expresa a través del cuerpo, que es su hogar y su templo. Una  de las mejores maneras de alimentar el aspecto físico del Yo es a través del movimiento, es decir, del ejercicio.

Hay dos tipos básicos de ejercicio basados en la cantidad de oxígeno que se requiere para realizarlo: el aeróbico y el anaeróbico.

El Ejercicio Aeróbico requiere una gran cantidad de oxígeno para obtener energía. Son ejercicios de baja o mediana intensidad pero de larga duración. Se utiliza a menudo para bajar de peso. Este ejercita al sistema cardiovascular y así produce grandes beneficios. Algunos ejemplos son correr, nadar, hacer caminatas, andar en bicicleta, esquí, aeróbics, danza, etc.


El Ejercicio Anaeróbico, en cambio, es de alta intensidad pero de poca duración y no necesita gran cantidad de oxígeno para obtener beneficios. Estos ejercicios fortalecen y tonifican el esqueleto y los músculos. Algunos ejemplos son hacer pesas, carreras de velocidad (requiere un gran esfuerzo pero se realiza en muy poco tiempo), abdominales, Yoga, Tai Chi, etc.

Para alcanzar el equilibrio es necesaria la combinación de estos dos tipos de ejercicio. Puedes hacer una rutina que tenga 2 veces a la semana cada uno de ellos. Así por ejemplo puedes correr o hacer caminata los lunes y miércoles (y si haces de 80 a 100 abdominales después de esto mucho mejor) y hacer Yoga o Tai Chi los martes y jueves (o combinarlos por semana). Puedes tomarte dos días de descanso y decidir que quieres hacer con el séptimo día de la semana (de preferencia ejercítate también). Si combinas el ejercicio con una sesión de meditación diaria, mucho agua y una buena alimentación comenzarás a ver los resultados inmediatamente, no sólo físicos sino emocionales, intelectuales y espirituales ya que cuando el cuerpo funciona bien, todo lo que está dentro de él también lo hace.

Deja de posponer lo que sabes que tienes que hacer. Sé que da flojera tener una rutina de ejercicio diario a menos que seas alguien adicto a él, pero no se trata de pasar dos horas ejercitándonos, con 20 minutos diarios es suficiente. Es mejor esto que 3 horas una vez a la semana. Algo que te puede ayudar a lograrlo es llevar un diario donde registres cada una de tus actividades y tus emociones, así irás midiendo tus esfuerzos y tus logros.

Como siempre, escucha a tu cuerpo, él te irá diciendo si lo que necesitas es ejercicio aeróbico o anaeróbico, pero aunque tu cuerpo se resista a alguno de ellos al principio, continúa haciéndolo, no sólo te sentirás bien sino que adquirirás una sensación de logro y te darás cuenta de todo lo que puedes lograr si pones tu mente en ello. 

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