jueves, 28 de abril de 2011

Ilumina el Teatro...Conócete a ti mismo!!




No hay nada mejor que encontrar ideas extraordinarias dentro de las páginas de un libro, ideas que hacen sonreír al alma.

Esta vez se trata de una analogía maravillosa creada por Penelope Rick, estudiante del gran psicólogo Carl Jung, quien fue el gran pionero en la mezcla de la psicología con la espiritualidad. En esta analogía, Penelope Rick explica el proceso de individuación de su maestro de la siguiente manera:

Imagina un teatro donde se está presentado una obra. Lo único que puedes ver es lo que el reflector ilumina sobre el escenario. No puedes ver nada más de lo que está allí, ni las sillas, ni al público, ni todo lo que está detrás del telón. El Yo es el teatro, el reflector es la Conciencia y todo lo demás es el Subconsciente (incluye nuestros lados sombra). El proceso de Individuación es ampliar el reflector para que puedas ver absolutamente todo, que puedas verte a ti mismo en totalidad. Así tu consciente y subconsciente se unificarán y ya no estarás divido nunca más.

¿Qué tal?, ¿interesante, no?

Comencemos pues nuestro proceso de individuación. Lo primero es pensarnos como si fuéramos una cebolla donde el centro es nuestro Yo puro y cada capa es un conjunto de todas nuestras características, desgraciadamente no todas adquiridas naturalmente sino aprendidas o impuestas por la sociedad. Para llegar al centro de nuestro ser debemos pelar las capas, exactamente igual a como lo haríamos con una cebolla, una por una. La manera de hacerlo es haciéndonos preguntas y respondiendo con paciencia cada una de ellas. Pero antes de empezar debo hacerte dos advertencias:

1.     Enfrentarse con Uno Mismo da muchísimo miedo, por lo menos al principio, pero si se prosigue en la búsqueda, se convierte en un gran placer.
2.     Hay que tener la verdadera intención de encontrarnos a nosotros mismos, si no la tienes, ni siquiera inicies el proceso, puedes darte cuenta de cosas que no te gusten, que te asusten mucho y que necesiten enfrentarse para poderse superar y nunca huir de ellas, porque se hacen más fuerte y nos pueden afectar más. Recuerda que las capas más lejanas del centro, las primeras que pelamos, son las que más apestan.

Las preguntas que debemos hacernos tienen que ir desde lo más mundo y profano hasta lo más sagrado. Algunos ejemplos son:

-        ¿Quién soy?
-        ¿Mi hacer define lo que soy?
-        ¿Qué me da miedo y por qué?
-        ¿Qué tipo de personas atraigo a mi vida?, ¿cuál es la razón por lo que esto es así?
-        ¿Por qué cada vez que estoy cerca de ciertas personas, me siento enojad@?

Responde estas preguntas y crea las tuyas. El proceso de descubrimiento de ti mismo durará toda esta vida y las demás (si las hay) pero es la búsqueda más importante que existe y la única que te llevará a toparte con tu destino donde yace la mejor y mayor versión de ti mismo. No desistas nunca de esta misión.

Tú eres tu propio territorio de investigación, así que aventúrate a explorarlo…a explorarte.

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