¿Qué es el Spa Interno?

Desde que tengo memoria he sido una buscadora. Recuerdo que a los 6 años de edad comencé a cuestionar todo, principalmente todo lo referente a la vida, la muerte, la eternidad y Dios.

Al enfrentarme por primera vez con la muerte sentí una angustia tremenda. El miedo se apoderó de mi corazón. Yo era hija única en ese momento (estaba a punto de nacer mi primera hermana) y la idea de que un día mis padres morirían y yo me quedaría sola me aterraba. Fue esa razón la que me llevó a comenzar mi búsqueda, necesitaba encontrar “algo” que siempre hubiera estado conmigo, que existiera antes, durante y después de mi y de todo. Al preguntarle a mis padres y otros adultos sobre esto (cuando eres niño, los adultos te parecen los guardianes de la sabiduría), la respuesta era obvia, eso que buscaba era Dios.

¿Dios?, ¿quién y qué era Dios?, ¿dónde estaba?, ¿por qué toda la gente hablaba de Él si nadie lo había conocido? Y con estas preguntas empezó todo.

A lo largo de los siguientes 24 años (si, tengo 30) no paré de leer, de investigar, de tener conversaciones, experiencias, viajes, de pensar, de tener preguntas y encontrar respuestas, las cuales compartiré contigo aquí, que me han llevado a entender la gran verdad que todos los grandes Maestros han dicho: “Dios y el Yo son Uno Mismo”.

¿Qué es el Spa Interno? Precisamente eso, el lugar interior donde Dios reside y en el cual podemos encontrar todo lo que necesitemos; es nuestro Origen, nuestro Sostén y nuestro Destino; es la Fuente de todo el placer, la tranquilidad, la salud, la sabiduría y el amor que tanto buscamos. El Spa interno es el lugar donde podrás encontrar el equilibrio que tanto ansías, la armonía y la plenitud tan anheladas. El Spa Interno es donde el Yo, en su totalidad, se realiza.

Quizá no estés de acuerdo con algunas de las cosas que leas aquí pero te pido por favor que tengas paciencia y tolerancia y que no tomes mis palabras como una religión. Te invito a que pienses y pruebes algunas de las cosas que aquí se dirán, que busques dentro de ti tu verdad, La Verdad.

Así como tú me estás prestando tus ojos y tus oídos ahora que me estás leyendo, yo te presto los míos para escuchar todo lo que tengas que decir. Escribe tus comentarios, alimenta este blog que también es tuyo.

¡Bienvenido!, espero que lo disfrutes tanto como yo lo hago escribiéndolo.